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El objetivo fundamental de la implantación de un RCM en una
planta industrial es aumentar la fiabilidad de la instalación.
RCM o Reliability Centred Maintenance, (Mantenimiento Centrado en Fiabilidad) es una técnica más dentro de las posibles para elaborar un plan de mantenimiento en una instalación industrial y presenta algunas ventajas importantes sobre otras técnicas. Inicialmente fue desarrollada para el sector de aviación, donde no se obtenían los resultados más adecuados para la seguridad de la navegación aérea. Posteriormente fue trasladada al campo militar y mucho después al industrial, tras comprobarse los excelentes resultados que había dado en el campo aeronáutico.
Como cualquier otro proyecto que se emprende en el mundo industrial, un proceso RCM3 que se desee que sea exitoso debe ser meticulosamente planificado. Esto supone definir una serie de objetivos, definir el alcance, definir determinados hitos, y asignar una serie de recursos. Este segundo capítulo se ha dedicado, precisamente, a la planificación del proceso como elemento clave para el éxito de éste.
Lo que no se mide, no se mejora. RCM es una metodología que se implanta en la mayoría de los casos buscando una mejora en los resultados. Por eso es my importante medir: pasa saber si está consiguiendo el objetivo principal, que es mejorar. Con RCM mejoran determinados aspectos, que se reflejan en indicadores muy concretos.
Una vez definidos los indicadores relevantes que se pretenden medio y mejorar el siguiente paso es estructurar los ítem que componen la planta agrupándolos bien por su función o bien por localización geográfica, e incluso por ambos criterios. La taxonomía es la ciencia que estudia los principios, métodos y fines de la clasificación.
Un vez establecidos los objetivos pretendidos en la implementación de RCM3 detallado el alcance y aclarado y determinado el árbol jerárquico de activos, es el momento de comenzar la que realmente es la primera fase de la metodología RCM3: determinar las funciones de los activos incluidos en el alcance del estudio RCM3.
Un fallo es la incapacidad de un ítem para cumplir alguna de sus funciones. Por ello, si se realiza correctamente la fase anterior, la identificación de las funciones específicas y generales, es muy fácil determinar los fallos. Un fallo es pues la antifunción, la falta de cumplimiento de una especificación técnica o de una de sus funciones generales.
Con la lista de los posibles modos de fallo de cada uno de los fallos identificados anteriormente, se está en disposición de abordar el siguiente punto: el estudio de las consecuencias del cada modo de fallo, con el objetivo de determinar la criticidad de éstos. La pregunta que deben hacerse los técnicos encargados del estudio es la siguiente: ¿qué pasa si ocurre?
Una vez determinados los modos de fallo, es decir, todas las causas que provocan los fallos, es necesario erradicar éstos, pero con un coste acorde a su criticidad. La siguiente fase en la implementación de RCM a una planta industrial es la determinación de las medidas preventivas a adoptar para evitar los diversos fallos potenciales que puede presentar la instalación.